sábado, 5 de agosto de 2017

Historias del gas en Málaga (21) SIGLO XX


Historias del gas en Málaga (21) SIGLO XX


Saludos amigos gasistas.
Abrimos el siglo XX con nuestra sociedad bien asentada en la ciudad de Málaga. Crecía al ritmo de los nuevos tiempos. Se abrió la ciudad al mar con la apertura de calle Marqués de Larios. El Consejo de Administración había acordado prolongar la vida de la Sociedad para acoger los nuevos compromisos pactados con la municipalidad y aunque demos conocimiento de estos actos societarios, en su momento, quisiera centrarme en el aspecto humano del que hemos hablado escasamente. Los tres gasómetros de los que disponía la fábrica tenían una capacidad insuficiente para regular la demanda diaria de gas. La batería de hornos de retortas horizontales estaba anticuada y se construyó una moderna batería de hornos de retortas inclinadas. Para mejorar la capacidad gasométrica se construyó en el año 1898 un gasómetro para almacenar 4.000 metros cúbicos de gas. A diferencia de sus hermanos los gasómetros nº 1, nº 2 y nº 3 que eran de cuba de fábrica y estructura interna de madera, nuestro nº 4 se construyó enteramente metálico, siguiendo el modelo del instalado en la ciudad francesa de Marsella.
Sin olvidar los aspectos societarios y técnicos, seguiremos informando de ellos, me gustaría poner de manifiesto y resaltar en este primer tercio del siglo XX la relevancia que siempre tuvo para nuestra empresa el factor humano, al menos hasta época muy reciente, cuando en mi opinión ha adquirido tal dimensión este grupo empresarial que minusvalora la aportación de la base humana que le dio soporte durante los ciento cincuenta años primeros de su historia.
No tengo muchos datos de la plantilla de trabajadores del siglo XIX. La remodelación del año 1954 con el abandono de las oficinas de calle Molina Lario y traslado a un reducidísimo espacio en Paseo de los Tilos, la precipitación y criterios que se tuvieron en cuenta hizo que se perdiera parte de nuestra historia, y la que se trasladó a espacios obscuros y poco ventilados fue alimento fácil para las termitas. Cuando yo llegué a la empresa en la década de los años 60 no pude hacer nada por salvar los gruesos libros de Contabilidad que apilados en aquel cuchitril al que llamábamos "el Archivo" esperaban la desintegración de las tapas, el interior era pura grangrena. Gran dolor me causó el desinterés con que nos desprendimos de nuestra primera historia, semejante al que volando el tiempo, unas décadas después, se repitió con el abandono del Paseo de los Tilos, aunque éste traslado lo viví desde mi destino de Sevilla. Por aquel entonces la podredumbre afectaba a muchos aspectos de nuestra empresa y la pérdida de archivos, después de todo, fue una minucia.
Hecho este preámbulo arrancamos el siglo XX. Que nadie espere noticias de las que tuve conocimiento por razón de mis responsabilidades en la estructura de mando de la empresa.
Más bien tendréis confirmación documental de lo que mucho conocisteis y procuraré resaltar que no somos gasistas porque vendemos gas natural, sino porque hemos servido a nuestra ciudad poniendo a su disposición nuestro trabajo en este sector de la energía. Lo que nos hace gasistas no es el producto, ni la tecnología de cada momento, sino nuestra vocación del mejor servicio a disposición de nuestros paisanos malagueños.
Un saludo, y vamos con el siglo XX.






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